Estuve en David Chiriquí.
Con personas maravillosas. Hermanos de diferentes lugares se dieron cita en el
lugar, con el propósito de proclamar las buenas nuevas de Dios para el mundo. La
congregación en los Andes se lució con una atención que solo se da a familiares
muy queridos cuando en una ocasión especial se reúnen para la celebración de
algún acontecimiento extraordinario. Mama
Naty demostró la capacidad que tiene una persona para servir durante todo el
día a todos y marcharse con en la noche con una sonrisa en el rostro que solo
pueden mostrar las personas que han visto la gloria de Dios con el alma; y
tener fuerzas para levantarse el día siguiente con las fuerzas renovadas y la
voluntad de seguir trabajando.
Nos alimentamos
espiritual, emocional y físicamente. ¡Vaya que si nos alimentamos! Seminarios en
la mañana para hombres y mujeres, compartir entre actividad y actividad con
hermanos de muchos años y en la noche un manjar en la exposición de la palabra.
Mis felicitaciones a
los varones de la congregación pues en medio de tanta abundancia se mostró
también el grado de responsabilidad y compromiso con los asistentes. Esto quedo
muy claro cuando el hermano Chico necesito de atención médica y sin miramientos
los hermanos le asistieron llevándole a la clínica brindándole toda la atención
que necesitaba. No solo la parte medica pues le acompañaron y le dieron el
soporte personal todo el tiempo.
¡Gracias a los
hermanos! Dios continúe bendiciéndoles.
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