"Haciendo el bien a
todos: El llamado a la generosidad y la bondad"
08/06/2023
I. Introducción
La epístola de
Gálatas fue escrita por el apóstol Pablo a las iglesias de Galacia en respuesta
a la influencia de los judaizantes, quienes enseñaban que la salvación requería
la observancia de la ley judía, especialmente la circuncisión.
Pablo defiende la justificación por la fe en Cristo y argumenta que la
ley no puede salvar, sino que es la gracia de Dios a través de la fe la que nos
reconcilia con Él.
Pasajes
bíblicos para sustentar el contexto de Gálatas:
·
Gálatas 1:6-9: "Estoy
maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia
de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay
algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Mas si aun
nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que
os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo
repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea
anatema."
Presentación
del versículo clave: Gálatas 6:10:
·
Gálatas 6:10 (RVR1960): "Así que, según
tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de
la fe."
Importancia
de vivir una vida de generosidad y bondad en respuesta al amor de Dios:
·
Efesios
2:8-10: "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de
vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque
somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios
preparó de antemano para que anduviésemos en ellas."
·
Tito
3:14: "Aprendan también los nuestros a ocuparse en buenas obras, para los
casos de necesidad y para que no sean sin fruto."
·
1
Timoteo 6:17-19: "A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni
pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios
vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. Que
hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos; atesorando
para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida
eterna."
II. El llamado a hacer el bien a todos
A. Reconociendo las oportunidades para hacer el bien:
·
Efesios 5:15-16: "Mirad, pues, con diligencia
cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo,
porque los días son malos."
Se nos insta a ser
sabios en cómo utilizamos nuestro tiempo y a aprovechar cada oportunidad que se
nos presenta para hacer el bien. Debemos estar atentos y conscientes de las
necesidades y circunstancias de las personas que nos rodean, para poder
responder de manera amorosa y servicial.
·
Proverbios 3:27: "No
te niegues a hacer el bien a quien es debido, cuando tuvieres poder para
hacerlo."
La Biblia nos
enseña que no debemos negarnos a hacer el bien a aquellos que lo necesitan y a quienes
está en nuestro poder ayudar. Debemos ser sensibles a las oportunidades que
Dios nos presenta para ser una bendición en la vida de los demás.
·
Gálatas 6:9: "No nos
cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no
desmayamos."
Este versículo nos
anima a no desfallecer en hacer el bien. Reconocer las oportunidades para
bendecir a otros puede requerir esfuerzo y sacrificio, pero el Señor promete
que habrá una recompensa en su tiempo adecuado.
·
Hebreos 13:16: "Y de hacer bien y de la ayuda
mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios."
La Biblia nos
recuerda la importancia de hacer el bien y ayudarnos mutuamente. Dios se
complace cuando somos generosos y atentos a las necesidades de los demás, y
considera esos actos como ofrendas agradables.
Reconociendo estas
citas bíblicas, entendemos la importancia de estar atentos y ser proactivos en
reconocer las oportunidades para hacer el bien. Debemos aprovechar el tiempo y
ser sensibles a las necesidades de las personas a nuestro alrededor, recordando
que cada acto de bondad y generosidad es una manera de reflejar el amor de Dios
hacia ellos.
B. La universalidad de la bondad:
·
Gálatas 3:28: "Ya no
hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en
Cristo Jesús."
Este versículo nos
muestra que en Cristo no hay distinción ni barreras entre las personas. La bondad
y el amor deben ser universales, trascendiendo las diferencias de raza,
nacionalidad, género o estatus social.
·
Lucas 10:25-37: La
parábola del buen samaritano es un poderoso ejemplo de cómo Jesús nos enseñó a
amar y mostrar bondad a todos, incluso a aquellos que culturalmente podrían ser
considerados como enemigos o diferentes. Jesús nos insta a amar a nuestro
prójimo como a nosotros mismos, sin importar su origen o condición.
·
Mateo 5:43-48: Jesús nos
desafía a amar a nuestros enemigos y a orar por aquellos que nos persiguen. Esto demuestra
que la bondad y el amor no deben limitarse solo a aquellos que nos agradan o
con quienes estamos de acuerdo, sino que deben extenderse a todos, incluso a
aquellos que puedan considerarse nuestros adversarios.
·
Hechos 10:34-35: Pedro
declaró: "En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas, sino
que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia". Este pasaje
nos recuerda que Dios no muestra favoritismo y que todos tienen la oportunidad
de ser objeto de su amor y bondad.
Estas citas
bíblicas nos muestran que la bondad no debe tener límites ni barreras.
Siguiendo el ejemplo de Jesús, debemos superar los prejuicios y mostrar amor y
bondad a todas las personas, sin importar su origen étnico, su posición social
o cualquier otra diferencia. Debemos recordar que todos somos hijos de Dios y
merecedores de su amor, y nuestro trato hacia los demás debe reflejar esa
verdad.
III. Haciendo el
bien a los de la familia de la fe
A. La importancia de la comunidad cristiana:
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Hechos
2:42: "Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos
con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones." Este versículo
muestra cómo los primeros creyentes se reunían en comunidad, compartían
enseñanzas, participaban en la Cena del Señor y oraban juntos. La comunidad
cristiana es un lugar de crecimiento espiritual y apoyo mutuo.
·
Efesios 4:16: "De
quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente,
según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir
edificándose en amor." Aquí se destaca que la iglesia es un cuerpo unido,
donde cada miembro desempeña un papel importante y contribuye al crecimiento y
edificación del cuerpo. El amor y la unidad entre los creyentes son esenciales
para que la iglesia progrese.
·
Juan 13:34-35: "Un
mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que
también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si
tuviereis amor los unos con los otros." Jesús enseñó que el amor entre los
creyentes es un testimonio poderoso para el mundo. La unidad y el cuidado mutuo
en la comunidad cristiana demuestran la realidad de nuestra fe y atraen a otros
hacia Cristo.
·
1 Tesalonicenses 5:11:
"Por lo cual, animaos los unos a los otros, y edificaos unos a otros, así
como lo hacéis." Aquí se nos anima a alentarnos y edificarnos mutuamente en la
comunidad de fe. Nuestra interacción y apoyo dentro de la comunidad cristiana
fortalecen nuestra fe y nos ayudan a perseverar en el camino de Cristo.
Estos versículos
nos enseñan la importancia de la comunidad cristiana. La iglesia no es solo un
lugar de adoración individual, sino un cuerpo unido donde nos apoyamos,
cuidamos y edificamos mutuamente. El amor y la unidad entre los creyentes son
fundamentales para nuestro testimonio y crecimiento espiritual.
B. Servicio y ayuda práctica:
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1 Juan 3:18: "Hijitos
míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad." Este
versículo nos insta a demostrar nuestro amor no solo con palabras, sino a
través de acciones concretas. El servicio y la ayuda práctica son formas tangibles
de manifestar el amor de Dios hacia los demás.
·
Santiago 2:15-16:
"Supongamos que un hermano o una hermana no tiene qué vestir y carece del sustento diario. Si
alguien de ustedes le dice: «Vayan en paz; caliéntense y aliméntense hasta
saciarse», pero no les proveen de lo necesario para el cuerpo, ¿de qué les
sirve?" Este pasaje destaca la importancia de apoyarnos mutuamente en las
necesidades prácticas de las personas que nos rodean. No basta con ofrecer
palabras de ánimo, sino que debemos estar dispuestos a proveer ayuda y soporte
en todas las áreas de la vida.
·
Gálatas 6:2: "Llevad
los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo." Aquí se
nos llama a llevar las cargas de nuestros hermanos y hermanas en la fe. Esto
implica estar dispuestos a ayudarles en sus necesidades físicas, emocionales y
espirituales. Al servir y ayudar prácticamente, cumplimos el mandato de amarnos
mutuamente como Cristo nos amó.
·
Hechos 20:35: "En
todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar
las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir." Este
versículo nos recuerda que el servicio y la ayuda práctica son parte integral
de nuestro testimonio cristiano. Al ayudar a los necesitados, estamos siguiendo
el ejemplo de Jesús y experimentando la bendición que proviene de dar.
Estos versículos
nos enseñan la importancia de demostrar amor a través de acciones concretas y
de apoyarnos mutuamente en las necesidades prácticas de las personas. Al servir
y ayudar en todas las áreas de la vida, estamos reflejando el amor de Dios y
cumpliendo el mandato de amarnos los unos a los otros.
IV. Los frutos de la generosidad y la
bondad
A. Bendición para los demás:
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Proverbios 11:25: "El
alma generosa será prosperada; y el que sacie, será también saciado." Este
versículo nos enseña que al bendecir a los demás, también recibimos bendición
en nuestra propia vida. Nuestras acciones de generosidad y amor tienen el
potencial de impactar positivamente la vida de quienes nos rodean.
·
Lucas 6:38: "Dad, y
se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro
regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir."
Jesús nos anima a ser generosos y a dar a los demás. Promete que si damos con
generosidad, recibiremos también de manera abundante. Nuestras acciones de
bendición tienen un efecto multiplicador en nuestras vidas y en la de los
demás.
·
2 Corintios 9:8: "Y
poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que,
teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda
buena obra." Dios es capaz de llenarnos de su gracia y bendición para que
podamos ser abundantes en toda buena obra. Al bendecir a los demás, somos
instrumentos de la gracia y el amor de Dios.
·
Efesios 4:29:
"Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria
edificación, a fin de dar gracia a los oyentes." Nuestras palabras también
pueden ser una fuente de bendición para los demás. Al hablar palabras de
aliento, ánimo y edificación, estamos extendiendo la gracia de Dios a quienes
nos escuchan.
Estos versículos
nos muestran que nuestras acciones y palabras tienen el poder de bendecir a los
demás. Al ser generosos, amorosos y llenos de gracia, podemos ser instrumentos
de Dios para llevar bendición a aquellos que nos rodean. Además, al bendecir a
otros, también experimentamos la abundante gracia y bendición de Dios en
nuestras propias vidas.
B. Crecimiento espiritual personal:
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Romanos 12:2: "No os
conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento,
para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y
perfecta." Al practicar la bondad y reflejar el amor de Cristo,
experimentamos una transformación en nuestro entendimiento y en nuestra forma
de vivir. Nos alejamos de las influencias negativas del mundo y nos acercamos a
la voluntad de Dios, creciendo espiritualmente.
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2 Corintios 3:18:
"Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del
Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el
Espíritu del Señor." Al practicar la bondad y reflejar el amor de Cristo,
somos transformados a medida que contemplamos la gloria del Señor. A través del
poder del Espíritu Santo, crecemos en la imagen de Cristo, reflejando su amor
en nuestras vidas.
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Efesios
4:15: "Sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel
que es la cabeza, esto es, Cristo." Al practicar la bondad y el amor,
estamos siguiendo la verdad en amor. A medida que seguimos a Cristo y nos
entregamos a su amor, experimentamos un crecimiento espiritual en todas las
áreas de nuestra vida.
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Gálatas 5:22-23: "Mas
el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre,
templanza; contra tales cosas no hay ley." Al practicar la bondad, estamos
cultivando el fruto del Espíritu en nuestra vida. Cada vez que mostramos amor,
benignidad y bondad, estamos creciendo en el carácter de Cristo y
experimentando un crecimiento espiritual personal.
Estos versículos
nos enseñan que al practicar la bondad y reflejar el amor de Cristo,
experimentamos una transformación en nuestro ser. Nos acercamos a la voluntad
de Dios, crecemos en la imagen de Cristo y somos llenos del fruto del Espíritu
Santo. Nuestro crecimiento espiritual personal se ve fortalecido a medida que
vivimos una vida de bondad y reflejamos el amor de Cristo en todas nuestras
acciones.
V.
Conclusión
Recapitulación de los puntos clave del
sermón:
En este sermón,
hemos explorado el pasaje de Gálatas 6:10 y hemos reflexionado sobre la importancia
de vivir una vida de generosidad y bondad. Hemos destacado cómo esta enseñanza
se aplica tanto a nuestra relación con los demás creyentes como a nuestra
interacción con todas las personas que encontramos en nuestra vida diaria. Aquí
están los puntos clave que hemos abordado:
1. Reconociendo las
oportunidades para hacer el bien: Hemos visto la
importancia de estar atentos a las necesidades y circunstancias de las personas
que nos rodean. El apóstol Pablo nos anima a aprovechar las oportunidades que
Dios nos brinda para hacer el bien y mostrar generosidad en nuestras acciones.
2. La
universalidad de la bondad: Hemos comprendido que la
bondad debe trascender
barreras y prejuicios. Jesús es nuestro ejemplo supremo de amor, ya que mostró
su bondad a todas las personas, sin importar su origen, raza o condición
social. Como discípulos de Cristo, también somos llamados a amar y mostrar
bondad a todos, sin excepción.
El desafío de vivir una vida de generosidad y bondad en obediencia al
llamado de Gálatas 6:10:
El pasaje de
Gálatas 6:10 nos desafía a vivir una vida de generosidad y bondad,
especialmente hacia aquellos que son parte de la familia de la fe. Nos exhorta
a no cansarnos de hacer el bien y nos recuerda que en el tiempo oportuno
cosecharemos si no desmayamos. Este llamado nos desafía a ser persistentes en
nuestra búsqueda de oportunidades para hacer el bien y ser una bendición para
los demás.
Oración final y compromiso
de buscar oportunidades para hacer el bien a todos, especialmente a los de la
familia de la fe:
En nuestra oración
final, queremos comprometernos ante Dios a vivir de acuerdo con su Palabra.
Buscaremos oportunidades para hacer el bien a todos, especialmente a aquellos
que forman parte de la familia de la fe. Pediremos a Dios que nos ayude a ser
sensibles a las necesidades de los demás y que nos dé la sabiduría y el amor
necesario para actuar con generosidad y bondad.
Nos comprometeremos
a seguir el ejemplo de Cristo y a no desanimarnos en nuestra búsqueda de oportunidades
para hacer el bien. Reconocemos que esta vida de generosidad y bondad no es
solo un acto externo, sino que brota de un corazón transformado por el amor de
Dios. Que el Espíritu Santo nos capacite y guíe en este camino de vida
abundante y servicio amoroso.
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