Título: Tesoros de Valor Eterno
Texto base: Josué 23:11
"Guardaos, pues, con diligencia vuestras almas, para
que améis a Jehová vuestro Dios."
Reflexión:
En una sociedad donde la seguridad es una prioridad,
invertimos tiempo, recursos y esfuerzo en proteger lo que valoramos. Ya sea
instalando sistemas de seguridad en nuestros hogares o guardando nuestras
pertenencias en lugares seguros, estamos dispuestos a hacer lo que sea
necesario para asegurarnos de que lo que apreciamos esté a salvo. Pero, ¿qué
valoramos más en nuestras vidas? Josué 23:11 nos invita a reflexionar sobre la
importancia de lo que realmente debe ser protegido.
Dios le habla a su pueblo a través de Josué, recordándoles
la esencia misma de la seguridad espiritual: "Guardaos, pues, con
diligencia vuestras almas, para que améis a Jehová vuestro Dios". Esta
declaración es un recordatorio poderoso de que nuestro mayor tesoro es nuestra
relación con Dios. El amor y la comunión con nuestro Creador son invaluables, y
deberíamos resguardarlos con mayor pasión que con la que protegemos nuestras
posesiones físicas.
La inversión que hacemos en nuestro crecimiento espiritual
es de un valor incalculable. A menudo invertimos en educación, en mejorar
nuestras habilidades y en cuidar nuestras propiedades, pero ¿cuánto estamos
dispuestos a invertir en nuestra relación con Dios? ¿Dedicamos tiempo a la
oración, la meditación en su Palabra y la comunión con otros creyentes? Esta
inversión es fundamental para fortalecer nuestro amor por Dios y mantener
nuestra alma protegida en su abrazo seguro.
Conclusión:
Que recordemos que nuestro mayor tesoro es el amor y la
comunión con Dios, traducidos de la salvación de nuestras almas a través del
perdón por la obediencia del evangelio de nuestro señor Jesucristo. Que
invirtamos tiempo, energía y esfuerzo en nuestra relación con Él, protegiendo
nuestra alma con la más pasión que aquella que con la que cuidamos nuestras
pertenencias físicas. Que valoremos la seguridad eterna que solo puede ser encontrada
en Dios, más allá de las precauciones terrenales que tomamos. Que nuestra
inversión en el reino espiritual supere cualquier otra inversión en este mundo.
Encomendémonos a Dios, pidiendo sabiduría para proteger nuestras almas y para
valorar lo que realmente es eterno. Que nuestras vidas sean un testimonio vivo
de cómo guardamos con diligencia lo que más valoramos.
Para reflexionar:
1. ¿Cuál es el versículo bíblico citado en el texto y cuál
es su mensaje central?
2. ¿Qué analogía se hace en el texto entre la seguridad
física y la seguridad espiritual?
3. ¿Qué nos invita a reflexionar Josué 23:11 sobre lo que
valoramos en la vida?
4. ¿Qué se menciona como el mayor tesoro que debemos
proteger en nuestras vidas?
5. ¿Cuál es la inversión que se destaca como fundamental
para fortalecer nuestra relación con Dios y mantener nuestra alma protegida?
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