La Iglesia: El Israel Espiritual de Dios
II. La Promesa a Abraham y la Iglesia
Para comprender la importancia de la iglesia como el Israel
espiritual de Dios, primero debemos recordar la promesa que Dios hizo a Abraham
en Génesis 12:2-3. En esa promesa, Dios dijo: "Y haré de ti una nación
grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición... y en ti
serán benditas todas las familias de la tierra". Esta promesa de bendición
a todas las naciones encuentra su cumplimiento en la iglesia. Como dice Gálatas
3:29, "Si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y
herederos según la promesa".
III. Israel Físico vs. Israel Espiritual
Es importante distinguir entre el antiguo Israel físico, el
pueblo elegido en el Antiguo Testamento, y el Israel espiritual, que es la
iglesia. Como se nos recuerda en Romanos 2:28-29, "Pues no es judío el que
lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la
carne; sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la
del corazón, en espíritu, no en letra". La fe en Cristo nos hace parte de
este Israel espiritual, independientemente de nuestra ascendencia física.
IV. La Iglesia como el Pueblo de Dios
1 Pedro 2:9-10 nos dice que la iglesia es "pueblo
adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de
las tinieblas a su luz admirable". La iglesia es un pueblo elegido,
sacerdotal y santo, llamado a llevar la luz de Cristo al mundo. Nuestra
responsabilidad como iglesia es ser testigos vivientes de la gracia de Dios,
mostrando al mundo el amor y la redención que encontramos en Cristo Jesús;
predicando el evangelio de salvación.
V. El Propósito del Israel Espiritual
La iglesia no existe simplemente como una institución
religiosa; tiene un propósito divino en la historia de la redención. La Gran
Comisión en Mateo 28:19-20 nos llama a "id, y haced discípulos a todas las
naciones". La iglesia es llamada a ser instrumento de transformación en el
mundo, llevando el mensaje de salvación y reconciliación a todos los rincones
de la tierra. Animemos a nuestra congregación a vivir de acuerdo con este
llamado como el Israel espiritual de Dios anunciando las buenas nuevas,
instando a las almas a convertirse a Cristo.
VI. Conclusión
En conclusión, hermanos y hermanas, recordemos que somos
parte de un plan divino más grande. Somos el Israel espiritual de Dios,
llamados a ser bendición para todas las naciones, a ser luces en un mundo
oscuro y a cumplir la Gran Comisión. Reflexionemos sobre nuestro papel en esta
historia de redención y comprometámonos a vivir de acuerdo con el llamado que
Dios nos ha dado como iglesia.
VII. Invitación y Oración Final
Hoy, quiero hacer un llamado a aquellos que aún no han obedecido
al llamado de Cristo a través del evangelio. Dios nos ha llamado a formar parte
de su Israel espiritual, la iglesia, y la puerta está abierta para todos. Acude
a Él, escucha su palabra y créela Romanos 10.17, arrepiéntete de tus pecados, Lucas
13:3,5, Confiesa su nombre Mateo 10:32,33, Bautízate Hechos 2:38, permanece
fiel Apocalipsis 2:10. Oremos por la unidad y el crecimiento
espiritual de nuestra iglesia, para que podamos cumplir nuestro papel con
fidelidad. Terminemos esta jornada con una bendición y un mensaje de esperanza,
sabiendo que Dios está con nosotros en esta misión.
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