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Busca primero el reino de Dios (Mateo 6:33) (Sermón)

"Busca primero el reino de Dios" (Mateo 6:33) 

Introducción:

Saludos, hermanos y hermanas en Cristo. Es un honor estar aquí hoy para compartir con ustedes un mensaje inspirador basado en la Palabra de Dios. El tema que nos reúne en este momento es "Busca primero el reino de Dios", y lo encontramos en el Evangelio según Mateo, capítulo 6, versículo 33.

En nuestra vida cotidiana, a menudo nos enfrentamos a múltiples demandas y responsabilidades. Tenemos tantas cosas que hacer, tantas metas que alcanzar y tantos deseos que satisfacer. En medio de todo este ajetreo, a veces es fácil perder de vista lo más importante:

buscar el reino de Dios.

La Palabra de Dios nos enseña que debemos establecer prioridades en nuestra vida. No se trata solo de hacer una lista de tareas o de organizar nuestro tiempo de manera eficiente, sino de enfocar nuestra atención y nuestras acciones en lo que es verdaderamente esencial. Y lo esencial, lo más importante de todo, es buscar el reino de Dios.

En Mateo 6:33, Jesús nos dice: "Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas". Estas palabras nos revelan una verdad profunda y transformadora. Si ponemos a Dios en primer lugar en nuestras vidas, si buscamos su reino y su justicia con todo nuestro corazón, entonces todas las demás cosas que necesitamos y anhelamos serán añadidas a nosotros.

Hermanos y hermanas, esto no significa que debemos descuidar nuestras responsabilidades diarias o dejar de perseguir nuestras metas personales. Más bien, se trata de poner a Dios en el centro de todas nuestras decisiones y acciones. Es buscar su voluntad en todo lo que hacemos, permitiendo que su amor, su sabiduría y su dirección guíen nuestro camino.

Cuando priorizamos el reino de Dios, cuando buscamos su justicia y su verdad, experimentamos una transformación profunda en nuestra vida. Nuestras preocupaciones y ansiedades se desvanecen, y encontramos paz y plenitud en la presencia de nuestro Salvador. Dios se encarga de nuestras necesidades y nos bendice abundantemente.

Hermanos y hermanas, hoy los animo a que examinen sus prioridades. ¿Están buscando primero el reino de Dios en sus vidas? ¿Están poniendo a Dios en el centro de todo lo que hacen? Recuerden las palabras de Jesús: "Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia". Confíen en su promesa de que todas las demás cosas les serán añadidas.

Que este mensaje nos inspire y nos desafíe a buscar primero el reino de Dios en cada aspecto de nuestra vida. Que seamos hombres y mujeres que caminan en la fe, que confían en su providencia y que viven en la plenitud de su amor.

Desarrollo:

I. La prioridad del reino de Dios:

A. Comprender el significado del reino de Dios:

·         Mateo 6:33 - "Mas buscad primeramente el reino de Dios..."

Hermanos y hermanas, para comprender la prioridad del reino de Dios en nuestras vidas, primero debemos entender qué significa exactamente este reino al que Jesús nos llama a buscar.

En Mateo 6:33, Jesús nos insta a buscar primeramente el reino de Dios. El reino de Dios no se limita a un lugar físico o a un sistema político terrenal. Es el dominio de Dios sobre todas las cosas, la manifestación de su soberanía y su voluntad en nuestras vidas y en el mundo.

Buscar el reino de Dios implica reconocer y aceptar a Dios como nuestro Rey y someternos a su autoridad. Significa poner sus enseñanzas y principios por encima de nuestros propios deseos y ambiciones. Es vivir de acuerdo con sus mandamientos y su justicia.

Cuando buscamos el reino de Dios, estamos buscando su presencia activa en nuestra vida diaria. Estamos abriendo nuestras vidas a su gobierno y a su guía. Estamos permitiendo que su Espíritu Santo obre en nosotros y transforme nuestro corazón.

B. Reconocer la importancia de buscar el reino de Dios:

·         Mateo 13:44 - "Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo."

Hermanos y hermanas, es vital que reconozcamos la importancia de buscar el reino de Dios en nuestras vidas. Jesús nos presenta una poderosa parábola en Mateo 13:44 para ilustrar este punto.

En esta parábola, Jesús compara el reino de los cielos con un tesoro escondido en un campo. Un hombre encuentra este tesoro y, en su alegría, vende todo lo que tiene para comprar aquel campo y asegurarse la posesión del tesoro.

Esta parábola nos enseña que el reino de Dios es tan valioso y precioso que cualquier cosa que tengamos en este mundo palidece en comparación. No importa cuán grande sea nuestro patrimonio terrenal, cuán exitosos seamos en nuestras carreras o cuánto placer temporal podamos encontrar, nada se compara con el tesoro del reino de Dios.

Buscar el reino de Dios implica reconocer que todas las cosas terrenales son pasajeras y que solo lo eterno tiene verdadero valor. Es estar dispuestos a renunciar a todo lo que nos separa de Dios y a poner nuestra confianza y nuestra esperanza en él por encima de todo.

Hermanos y hermanas, que estas palabras de Jesús nos inspiren a valorar y buscar el reino de Dios sobre todas las cosas. Que estemos dispuestos a sacrificar lo temporal por lo eterno y a encontrar nuestra mayor alegría y satisfacción en la presencia y la voluntad de nuestro Rey celestial.

Que Dios nos guíe y nos fortalezca en este propósito, para que nuestras vidas reflejen la prioridad suprema del reino de Dios.

II. Buscar la justicia de Dios:

A. La importancia de la justicia divina:

·         Mateo 5:6 - "Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados."

Queridos hermanos y hermanas, ahora nos adentramos en el segundo punto principal de nuestro sermón: buscar la justicia de Dios. La justicia divina es esencial en nuestra vida espiritual y en nuestra relación con Dios y con nuestros semejantes.

En Mateo 5:6, Jesús nos dice: "Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados". Estas palabras nos muestran la importancia de anhelar y buscar la justicia divina en nuestras vidas. La justicia que Dios ofrece no se basa en los estándares cambiantes del mundo, sino en su carácter santo y perfecto.

Buscar la justicia de Dios implica anhelar vivir en armonía con sus mandamientos y sus principios. Es buscar la rectitud y la equidad en todas nuestras relaciones y acciones. Es tener un profundo deseo de ver el bien triunfar sobre el mal y la verdad prevalecer sobre la mentira.

B. La búsqueda de la justicia en nuestra vida diaria:

·         Proverbios 21:21 - "El que sigue la justicia y la misericordia hallará la vida, la justicia y la honra."

Hermanos y hermanas, no podemos limitar nuestra búsqueda de la justicia divina solo a momentos de culto o de oración. La justicia de Dios debe permear cada aspecto de nuestra vida diaria, en nuestras interacciones con los demás, en nuestras decisiones y en nuestra actitud.

El libro de Proverbios nos brinda una sabia instrucción en Proverbios 21:21: "El que sigue la justicia y la misericordia hallará la vida, la justicia y la honra". Esta declaración resalta que buscar la justicia no es solo cumplir con las normas externas, sino también vivir con compasión y misericordia hacia los demás.

Buscar la justicia implica tratar a todos con igualdad y justicia, sin importar su origen étnico, su estatus social o su posición económica. Significa defender a los oprimidos y luchar contra la injusticia en todas sus formas. También implica perdonar y mostrar gracia hacia aquellos que nos han hecho daño.

Hermanos y hermanas, que nuestra búsqueda de la justicia sea una manifestación de nuestro amor por Dios y por nuestro prójimo. Que busquemos la justicia en todo momento, en nuestras palabras y acciones, para que podamos reflejar la imagen de nuestro Dios justo y misericordioso.

Que el Espíritu Santo nos capacite y nos guíe en esta búsqueda, para que podamos experimentar la plenitud de vida, justicia y honra que Dios promete a aquellos que siguen su camino de rectitud.

Oremos juntos para que nuestra búsqueda de la justicia sea auténtica y transformadora, para la gloria de Dios y el bienestar de aquellos a quienes servimos. Amén.

III. Las bendiciones añadidas:

A. La promesa de Dios de proveer nuestras necesidades:

·      Mateo 6:33 - "...y todas estas cosas os serán añadidas."

Queridos hermanos y hermanas, al buscar primero el reino de Dios, no solo encontramos la satisfacción de tener una relación íntima con nuestro Creador, sino que también recibimos las bendiciones añadidas que Dios promete proveer. En Mateo 6:33, Jesús nos asegura que si buscamos el reino de Dios en primer lugar, todas nuestras necesidades serán añadidas.

Nuestro Dios es un Dios proveedor. Él conoce nuestras necesidades y se preocupa por cada aspecto de nuestra vida. No tenemos que preocuparnos por nuestro sustento, nuestras finanzas o nuestras necesidades diarias, porque Dios se encargará de ellas. Su fidelidad y su bondad nos acompañan en cada paso del camino.

B. Confianza en la fidelidad de Dios para cumplir sus promesas:

·     Salmo 37:4 - "Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón."

Hermanos y hermanas, confiar en la fidelidad de Dios es fundamental para experimentar las bendiciones añadidas que promete. En el Salmo 37:4, se nos anima a deleitarnos en el Señor, a encontrar nuestra satisfacción y gozo en su presencia, y él nos concederá las peticiones de nuestro corazón.

Cuando buscamos a Dios y hacemos su voluntad, nuestros deseos se alinean con los suyos. Nuestras oraciones se vuelven conforme a su propósito y nuestras peticiones están impregnadas de su amor y su sabiduría. Dios no solo nos provee nuestras necesidades, sino que también cumple los deseos más profundos de nuestro corazón, aquellos que están en armonía con su voluntad.

C. Experimentando la plenitud de las bendiciones de Dios:

·    Efesios 3:20 - "Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros..."

Queridos hermanos y hermanas, al buscar primero el reino de Dios y confiar en su fidelidad, experimentaremos la plenitud de las bendiciones de Dios. Efesios 3:20 nos dice que Dios es poderoso para hacer mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros.

Cuando nos rendimos a la voluntad de Dios y ponemos nuestra confianza en él, somos testigos de su poder y su gracia en nuestras vidas. Él nos bendice más allá de nuestras expectativas y nos provee de maneras que nunca podríamos haber imaginado. Su provisión es abundante, su amor es inagotable y su poder es ilimitado.

Hermanos y hermanas, que esta verdad nos llene de esperanza y nos motive a buscar primero el reino de Dios. Que confiemos en su promesa de proveer nuestras necesidades y de bendecirnos abundantemente. Que nuestras vidas sean testimonios vivos de las bendiciones añadidas que Dios derrama sobre aquellos que le buscan con todo su corazón.

Encomendémonos a Dios en oración, agradeciendo por su fidelidad y pidiendo que nos guíe en nuestra búsqueda del reino y en la confianza en sus promesas.

Conclusión:

Hermanos y hermanas, llegamos al final de nuestro sermón. Antes de cerrar, permítanme recapitular los puntos principales que hemos explorado y hacer una exhortación final.

En primer lugar, entendimos la prioridad del reino de Dios, reconociendo su significado y la importancia de buscarlo en nuestras vidas. Recordamos las palabras de Mateo 6:33, donde Jesús nos insta a buscar primero el reino de Dios y su justicia.

En segundo lugar, reflexionamos sobre la necesidad de buscar la justicia de Dios en todas nuestras acciones y decisiones. A través de las Escrituras, entendimos que la justicia divina es vital y que debemos perseguirla con pasión, confiando en la promesa de Jesús de que seremos saciados.

Y en tercer lugar, consideramos las bendiciones añadidas que Dios nos ofrece cuando buscamos su reino y su justicia. Reconocimos que Dios es fiel en proveer nuestras necesidades y que podemos confiar plenamente en su promesa de abundancia y provisión.

Hermanos y hermanas, ahora quiero exhortarles a establecer como prioridad en sus vidas buscar el reino de Dios y su justicia. No permitamos que las preocupaciones de este mundo nos aparten de lo más importante. Busquemos a Dios en cada área de nuestras vidas y confiemos en su fidelidad para proveer nuestras necesidades.

Les animo a vivir una vida centrada en Dios, donde sus enseñanzas y principios sean la guía para nuestras decisiones y acciones diarias. Que nuestros corazones estén llenos de confianza en su promesa y en su amor inagotable.

Como cierre, quiero invitarles a orar juntos, comprometiéndonos a buscar primero el reino de Dios y su justicia en todas las áreas de nuestras vidas. Oremos para que podamos vivir en plena confianza en la provisión y fidelidad de nuestro Dios.


Oremos:

Amado Padre celestial, te damos gracias por tu Palabra y por las verdades que hemos recibido hoy. Te pedimos perdón por las veces en que hemos descuidado buscar tu reino y tu justicia. Renovamos nuestro compromiso de establecerlo como prioridad en nuestras vidas.

Confiando en tu fidelidad, ponemos nuestras necesidades en tus manos. Ayúdanos a confiar plenamente en tu promesa de proveer y a vivir en una dependencia constante de ti. Que nuestras vidas reflejen una entrega total y una confianza inquebrantable en tu amor y cuidado.

Que tu Espíritu Santo nos guíe en esta búsqueda continua del reino de tu y tu justicia. Permítenos experimentar las bendiciones añadidas que prometes, sabiendo que tú eres el Dios de abundancia y provisión. En el nombre de Jesús, nuestro Señor y Salvador, oramos. Amén.

Hermanos y hermanas, que este sermón sea un recordatorio constante de la importancia de buscar el reino de Dios en todo momento. Que nuestras vidas sean testimonios vivos de la transformación que ocurre cuando hacemos de esto nuestra prioridad. Que Dios les bendiga y les guíe en su caminar espiritual. Amén.

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