Palabra de Jehová
Meditación basada en Ezequiel 12:17
Texto bíblico:
"Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:" Ezequiel
12:17
El libro de Ezequiel es una colección de visiones y mensajes
del profeta Ezequiel, quien fue llamado por Dios para ser Su portavoz durante
uno de los períodos más oscuros de la historia de Israel. Ezequiel 12:17
comienza con una frase sencilla pero profunda: "Vino a mí palabra de
Jehová, diciendo". Esta introducción nos invita a reflexionar sobre la
importancia de escuchar la voz de Dios y responder a Su llamado en nuestras
vidas.
Contexto:
En el contexto del capítulo 12, Dios está hablando a través
de Ezequiel para advertir a Israel sobre el juicio inminente debido a su
desobediencia y rebelión. El pueblo de Israel había caído en la idolatría y la
injusticia, ignorando repetidamente las advertencias de los profetas. Dios, en
su amor y justicia, envía a Ezequiel con un mensaje claro y urgente.
Reflexiones sobre la Palabra de Dios:
1. La Soberanía de la Palabra de Dios:
La frase "Vino
a mí palabra de Jehová" subraya la iniciativa divina en la comunicación.
Dios, en su soberanía, elige revelarse a nosotros. Él no es un Dios distante;
es un Dios que habla y se revela. Esta verdad nos llena de esperanza, sabiendo
que no estamos solos ni desamparados, sino que Dios nos guía y nos instruye a
través de Su Palabra.
2. La Responsabilidad de Escuchar:
Cuando la palabra
de Dios viene a nosotros, tenemos la responsabilidad de escuchar y responder.
Ezequiel escuchó atentamente y transmitió el mensaje de Dios al pueblo, incluso
cuando este mensaje no era popular o bien recibido. Hoy, debemos estar atentos
a la voz de Dios, ya sea a través de la lectura de la Biblia, la oración o la
predicación de Su Palabra. (Hebreos 3:15)
3. El Poder Transformador de la Palabra de Dios:
La palabra de Dios
no es simplemente información; es poderosa y transformadora. Hebreos 4:12 nos
dice que "la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda
espada de dos filos". Cuando permitimos que la palabra de Dios penetre en
nuestros corazones, produce cambio y renovación en nuestras vidas.
Aplicación Personal:
1. Buscar la Voz de Dios:
En medio de
nuestras ocupadas vidas, debemos hacer un esfuerzo consciente para buscar la
voz de Dios. Esto puede significar apartar tiempo diariamente para leer la
Biblia y orar, buscando la guía y la dirección de Dios. Jeremías 29:13 nos
promete que si lo buscamos con todo nuestro corazón, lo encontraremos.
2. Obedecer la Palabra de Dios:
No basta con
escuchar la palabra de Dios; debemos obedecerla. Santiago 1:22 nos exhorta a
ser hacedores de la palabra y no solo oidores. Esto implica aplicar los
principios bíblicos a nuestras decisiones diarias, relaciones y acciones.
3. Compartir el Mensaje de Dios:
Al igual que
Ezequiel, estamos llamados a compartir el mensaje de Dios con aquellos que nos
rodean. Especialmente el evangelio 1 Corintios 15:1-4. Tener palabras de
aliento palabras de aliento, o incluso actos de amor y servicio que reflejen el
carácter de Cristo. Mateo 28:19-20 nos encomienda a hacer discípulos de todas
las naciones, enseñándoles a obedecer todo lo que Jesús nos ha mandado.
Conclusión:
Oremos a nuestro Padre celestial, dando gracias por su
Palabra, que es viva y eficaz. Pidamos su ayuda para estar siempre atentos a su
voz, buscarle siempre con todo nuestro corazón obedeciendo sus mandamientos. Que nos de el valor para compartir su mensaje
con las personas que nos rodean, para que más personas puedan conocer Su amor y
su verdad. Que transforme nuestras vidas a través de su Palabra guiando y
alumbrando nuestros pasos en sus caminos.
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