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La Palabra de Dios: Nuestra Guía y Luz (Salmos 119:105) (Sermón)

 "La Palabra de Dios: Nuestra Guía y Luz" (Salmos 119:105) (Sermón) (Bosquejo aquí)

Introducción:

Queridos hermanos y hermanas, es un privilegio estar aquí hoy ante todos ustedes para compartir la Palabra de Dios. Antes de comenzar, permítanme saludarles y presentarles el tema que abordaremos en este sermón.

En nuestra vida espiritual, es esencial reconocer la importancia de la Palabra de Dios. La Biblia no es solo un libro antiguo lleno de historias y enseñanzas; es la revelación divina que nos guía, nos enseña y nos transforma. La Palabra de Dios es el mapa que nos muestra el camino hacia la vida eterna y la plenitud espiritual.

Cuando consideramos la relevancia de la Palabra de Dios en nuestra vida, no podemos dejar de mencionar el Salmo 119:105. Este versículo se convierte en un faro de luz en medio de la oscuridad, una guía constante en nuestro caminar diario. El Salmo 119:105 dice: "Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino". Estas palabras nos recuerdan que la Palabra de Dios ilumina nuestro sendero y nos muestra la dirección que debemos tomar en cada aspecto de nuestra existencia.

Así como una lámpara guía nuestros pasos en la oscuridad, la Palabra de Dios nos muestra la verdad en un mundo lleno de confusiones y engaños. Nos brinda sabiduría para tomar decisiones correctas, nos confronta con nuestras fallas y pecados, y nos consuela en momentos de aflicción. La Palabra de Dios es nuestra fuente de fortaleza, esperanza y consuelo.

Por lo tanto, hoy quiero enfatizar la importancia de aferrarnos a la Palabra de Dios en nuestras vidas. No se trata solo de leerla ocasionalmente, sino de estudiarla, meditar en ella y aplicarla en cada aspecto de nuestra existencia. Al hacerlo, encontraremos la verdadera guía para nuestras vidas y experimentaremos un crecimiento espiritual significativo.

En los próximos momentos, exploraremos juntos cómo podemos integrar la Palabra de Dios en nuestra vida cotidiana y cómo su poder puede transformarnos. Espero que este sermón nos inspire a buscar un mayor compromiso con la Palabra de Dios y a vivir de acuerdo con sus principios. Que el Espíritu Santo nos guíe y nos revele su verdad mientras nos sumergimos en su Palabra santa.

I. La Palabra de Dios como Lámpara para Nuestros Pasos:

A. La necesidad de una guía en nuestra vida:

En primer lugar, hermanos y hermanas, es fundamental reconocer la necesidad de una guía en nuestra vida. Como seres humanos, todos hemos pecado y estamos alejados de la gloria de Dios, como se menciona en Romanos 3:23: "por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios". Esta realidad nos muestra que por nuestra propia cuenta, estamos perdidos y no podemos encontrar el camino hacia la salvación y la plenitud espiritual.

Sin embargo, en Su amor y misericordia, Dios nos ha provisto una guía infalible a través de Su Palabra. La Biblia contiene las respuestas a nuestras preguntas más profundas, las soluciones a nuestros problemas y la dirección para nuestras vidas. Es en la Palabra de Dios donde encontramos la luz que ilumina nuestros pasos en medio de la oscuridad del pecado y la confusión del mundo.

1.    Salmo 119:105 - "Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino". Este versículo, que ya hemos citado anteriormente, nos muestra claramente que la Palabra de Dios es una lámpara para nuestros pies, iluminando cada paso que damos en nuestro caminar diario.

2.    Salmo 119:11 - "En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti". Aquí encontramos otro pasaje que enfatiza la importancia de la Palabra de Dios en nuestra vida. Guardar los dichos de Dios en nuestro corazón nos ayuda a resistir la tentación del pecado y nos guía por el camino de la obediencia y la santidad.

3.    Salmo 119:133 - " Ordena mis pasos con tu palabra,  Y ninguna iniquidad se enseñoree de mí". Este versículo resalta cómo la Palabra de Dios es capaz de fortalecernos y protegernos de caer en la iniquidad. Es nuestra defensa y escudo en medio de las tentaciones y luchas espirituales.

Estos pasajes bíblicos nos revelan que la Palabra de Dios es esencial en nuestra vida espiritual. Nos guía, nos protege y nos libra del pecado. Cuando abrazamos la Palabra de Dios y la aplicamos en nuestras vidas, experimentamos una transformación profunda y recibimos la dirección divina que necesitamos para vivir de acuerdo con la voluntad de Dios.

Que el Espíritu Santo nos conceda la sabiduría y el deseo de acercarnos a la Palabra de Dios, permitiendo que sea una lámpara para nuestros pasos y una guía constante en nuestra jornada espiritual. Amén.

B. La Palabra de Dios como fuente de dirección:

Continuando con nuestro estudio sobre la importancia de la Palabra de Dios, ahora nos enfocaremos en cómo esta Palabra se convierte en una fuente de dirección en nuestras vidas. El Salmo 119:105 nos dice: "Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino". Este versículo nos muestra claramente que la Palabra de Dios no solo nos ilumina, sino que también nos guía en el camino que debemos seguir.

1.    La Palabra de Dios nos guía en decisiones importantes: Cuando enfrentamos decisiones cruciales en nuestra vida, a menudo nos sentimos perdidos y buscamos orientación. En esos momentos, la Palabra de Dios se convierte en una lámpara para nuestros pies, mostrándonos el camino correcto a seguir. Nos brinda principios y valores sólidos que nos ayudan a tomar decisiones sabias y alineadas con la voluntad de Dios.

2.    La Palabra de Dios nos muestra el camino de la salvación: En medio de un mundo lleno de ideologías y religiones diversas, la Palabra de Dios es la lumbrera que nos guía hacia la verdad y la vida eterna en Jesucristo. A través de las Escrituras, aprendemos acerca del amor de Dios, Su plan de redención y cómo podemos recibir la salvación por medio de la fe (y obediencia) en Jesús. La Palabra de Dios nos muestra el camino hacia la reconciliación con Dios y nos da la certeza de la vida eterna.

3.    La Palabra de Dios nos instruye en la vida diaria: La Palabra de Dios no solo nos guía en las decisiones trascendentales, sino que también nos instruye en nuestra vida diaria. En las Escrituras encontramos consejos y enseñanzas que abarcan todas las áreas de nuestra existencia: nuestras relaciones, nuestro trabajo, nuestras finanzas, nuestra moralidad y mucho más. Al vivir de acuerdo con los principios y mandamientos de Dios, encontramos dirección y propósito en cada aspecto de nuestra vida.

Hermanos y hermanas, la Palabra de Dios es más que un libro antiguo. Es la guía infalible que nos muestra el camino hacia la plenitud espiritual y la vida abundante en Cristo. Como creyentes, debemos sumergirnos en la Palabra de Dios, meditar en ella y aplicarla en nuestra vida cotidiana. Al hacerlo, experimentaremos la dirección divina, la sabiduría y el gozo que solo la Palabra de Dios puede proporcionar.

Que el Espíritu Santo nos ayude a valorar y buscar constantemente la dirección de la Palabra de Dios en todas las áreas de nuestra vida. Que nuestras acciones y decisiones reflejen la luz y el amor de Cristo, y que Su Palabra sea siempre nuestra guía segura.

C. La importancia de seguir la guía de Dios:

Continuando con nuestro estudio, ahora quiero enfatizar la importancia de seguir la guía de Dios en nuestras vidas. La Palabra de Dios nos enseña que al confiar en el Señor y seguir Su dirección, experimentaremos bendición y éxito en todos los aspectos de nuestra existencia.

1.    Proverbios 3:5-6 nos dice: "Confía en el Señor con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus sendas". Este pasaje nos insta a confiar plenamente en Dios y a no depender de nuestra propia sabiduría. Nos anima a reconocerlo en todas nuestras acciones y decisiones. Cuando hacemos esto, Dios se encarga de dirigir nuestros pasos y alinear nuestro camino con Su voluntad perfecta. Al seguir Su guía, encontraremos paz, sabiduría y éxito en nuestras vidas.

2.      Salmos 25:4-5 es otro pasaje que resalta la importancia de seguir la guía de Dios. Dice: " Muéstrame, oh Jehová, tus caminos; Enséñame tus sendas. Encamíname en tu verdad, y enséñame, Porque tú eres el Dios de mi salvación; En ti he esperado todo el día.". Este Salmo nos muestra la humildad y la disposición de aprender de Dios. Nos enseña que debemos buscar constantemente Su dirección y guía en nuestras vidas. Cuando confiamos en Él y le permitimos enseñarnos, nos lleva por el camino de la verdad y la salvación. En Su guía encontramos propósito, protección y plenitud espiritual.

Además de estos pasajes, a lo largo de toda la Biblia encontramos ejemplos de hombres y mujeres que siguieron la guía de Dios y experimentaron Su fidelidad y provisión. Abraham, Moisés, David y muchos otros se sometieron a la dirección de Dios en sus vidas y fueron bendecidos abundantemente. Esto nos muestra que seguir la guía de Dios no solo es importante, sino que también es una fuente de bendición y éxito en nuestra vida espiritual y en todas las áreas de nuestra existencia.

Hermanos y hermanas, que reconozcamos la importancia de seguir la guía de Dios en nuestras vidas. Al confiar en Él, reconocerlo en todos nuestros caminos y buscar Su dirección en oración y estudio de la Palabra, encontraremos la paz y la seguridad que solo Él puede brindarnos. Que el Espíritu Santo nos conceda la sabiduría y la disposición para seguir Su guía en cada paso que demos.

Oremos para que el Señor nos enseñe Sus caminos, nos guíe en Su verdad y nos fortalezca para seguirle fielmente. Que nuestras vidas sean testimonios vivientes de Su amor y fidelidad a medida que seguimos Su dirección en todas las áreas de nuestra existencia.

II. La Palabra de Dios como Luz en la Oscuridad:

A. La realidad de la oscuridad espiritual:

Queridos hermanos y hermanas, es esencial comprender la realidad de la oscuridad espiritual en la que vivíamos antes de encontrar la luz de la Palabra de Dios. El apóstol Pablo nos recuerda en Efesios 5:8: "Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor". Este pasaje nos muestra que, antes de conocer a Cristo y recibir Su Palabra, estábamos sumergidos en la oscuridad del pecado y alejados de la luz de la verdad.

1.    La oscuridad del pecado: El pecado nos envuelve en una oscuridad espiritual que nos impide ver la verdad y experimentar la plenitud de vida que Dios tiene para nosotros. Nos aleja de Su presencia y nos sumerge en una búsqueda vacía y sin rumbo. Sin la luz de la Palabra de Dios, somos presa de la confusión, el sufrimiento y la perdición eterna.

2.    La necesidad de la luz: La oscuridad espiritual es una realidad que todos enfrentamos, pero gracias a Dios, Él nos ha provisto de Su Palabra como una luz resplandeciente en medio de la oscuridad. La luz de la Palabra de Dios nos guía, nos revela la verdad y nos muestra el camino hacia la salvación y la vida abundante en Cristo. Sin la luz de la Palabra, nos perdemos en la oscuridad y no podemos encontrar el camino hacia Dios.

3.    La transformación en luz: Cuando aceptamos a Jesús como nuestro Salvador y recibimos la Palabra de Dios en nuestros corazones, experimentamos una transformación poderosa. Pasamos de ser tinieblas a ser luz en el Señor. La luz de Cristo brilla en nuestras vidas y nos capacita para vivir en obediencia y santidad. La Palabra de Dios nos guía en el camino de la rectitud y nos capacita para ser portadores de luz en un mundo sumido en la oscuridad espiritual.

Queridos hermanos y hermanas, recordemos siempre la realidad de la oscuridad en la que estábamos antes de conocer a Cristo. Celebremos la maravillosa verdad de que ahora somos luz en el Señor a través de la Palabra que nos ha sido revelada. Permitamos que la luz de la Palabra de Dios brille a través de nosotros, llevando esperanza, amor y verdad a aquellos que aún caminan en la oscuridad.

Que el Espíritu Santo nos capacite para vivir como hijos de luz, guiados por la Palabra de Dios y compartiendo Su amor con aquellos que necesitan ser alcanzados por la luz.

B. La Palabra de Dios como reveladora de la verdad:

Continuando con nuestro sermón, quiero destacar cómo la Palabra de Dios actúa como reveladora de la verdad en medio de la oscuridad espiritual. Encontramos en las Escrituras dos pasajes que enfatizan este aspecto:

1.    Salmos 119:130 nos dice: "La exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los simples." Este verso resalta cómo la Palabra de Dios ilumina nuestro entendimiento y nos muestra la verdad. En un mundo lleno de confusión y engaño, la Palabra de Dios nos guía y aclara nuestros pensamientos. Nos capacita para discernir lo que es correcto y nos ayuda a evitar los errores. La exposición de las palabras divinas nos da sabiduría incluso a aquellos que pueden considerarse "simples" o faltos de conocimiento.

2.    Juan 8:12 nos presenta a Jesús como la luz del mundo: "Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida." Jesús, como la encarnación de la Palabra de Dios, nos muestra la verdad suprema. Él nos guía fuera de la oscuridad espiritual y nos lleva a la luz de la vida eterna. A través de Jesús, la luz del mundo, encontramos claridad espiritual y una comprensión profunda de la verdad divina.

La Palabra de Dios nos revela la verdad acerca de Dios mismo, de nosotros mismos, de nuestra condición pecaminosa y de la salvación a través de Jesucristo. Nos muestra el camino hacia la reconciliación con Dios y nos proporciona principios eternos para vivir una vida justa y piadosa.

Hermanos y hermanas, en un mundo lleno de información contradictoria y falsedades, necesitamos aferrarnos a la Palabra de Dios como nuestra fuente de verdad. Al estudiar y meditar en las Escrituras, permitimos que la luz de la verdad de Dios brille en nuestras vidas y en nuestras decisiones. Nos capacita para vivir en conformidad con Su voluntad y ser testigos de Su luz en medio de la oscuridad.

Que el Espíritu Santo nos conceda un amor y una pasión renovados por la Palabra de Dios. Que busquemos su exposición constante y permitamos que ilumine nuestros corazones y mentes. Que encontremos en la Palabra de Dios la verdad que nos guía en todas las áreas de nuestra vida y nos acerca más a Dios.

C. La transformación a través de la Palabra de Dios:

Continuando con nuestro mensaje, ahora quiero resaltar cómo la Palabra de Dios tiene el poder de transformarnos y santificarnos. Dos pasajes bíblicos nos ayudan a comprender este proceso de transformación:

1.    Salmos 119:11 nos enseña: "En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti." Este versículo destaca la importancia de meditar y guardar la Palabra de Dios en nuestro corazón. Cuando internalizamos y aplicamos la Palabra en nuestra vida diaria, nos fortalecemos contra la tentación del pecado. La Palabra de Dios nos guía hacia la obediencia y nos capacita para vivir una vida que honra a Dios.

2.    Juan 17:17 nos muestra a Jesús orando por sus discípulos, diciendo: "Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad." Aquí, Jesús nos revela que la Palabra de Dios es la verdad que nos santifica. La Palabra tiene el poder de transformarnos y purificarnos de nuestras imperfecciones. A medida que nos sumergimos en las Escrituras y permitimos que la verdad divina penetre en nuestros corazones, experimentamos una transformación interna que nos acerca más a la santidad.

La Palabra de Dios no solo nos muestra la verdad, sino que también tiene el poder de cambiar nuestras vidas. A medida que nos sometemos a su autoridad y permitimos que nos moldee, experimentamos una transformación profunda en nuestra mente, corazón y carácter. La Palabra de Dios nos ayuda a superar nuestras debilidades y nos capacita para vivir una vida en conformidad con la voluntad de Dios.

Hermanos y hermanas, recordemos que la transformación a través de la Palabra de Dios es un proceso continuo. Necesitamos estar constantemente expuestos a la verdad de las Escrituras, permitiendo que la Palabra obre en nosotros y nos guíe hacia la santidad. A medida que meditamos en la Palabra, la estudiamos, la aplicamos y la guardamos en nuestro corazón, experimentamos una transformación que impacta todas las áreas de nuestra vida.

Que el Espíritu Santo nos conceda un deseo profundo de sumergirnos en la Palabra de Dios, de permitir que nos transforme y nos guíe hacia una vida santa y plena. Que seamos hombres y mujeres de la Palabra, cuyas vidas reflejen la transformación que solo puede venir a través de la verdad divina.

Oremos para que el Señor nos dé la fortaleza y la disciplina para estudiar y aplicar Su Palabra en nuestras vidas diarias. Que cada día nos acerquemos más a la imagen de Cristo y seamos testigos vivientes de Su poder transformador.

III. Vivir en la Luz de la Palabra de Dios:

A. Estudio y meditación en la Palabra:

Hermanos y hermanas, llegamos al punto crucial de vivir en la luz de la Palabra de Dios. Para experimentar el pleno impacto transformador de la Palabra en nuestras vidas, es fundamental dedicar tiempo y esfuerzo al estudio y la meditación en la Palabra. Dos pasajes bíblicos nos exhortan en este aspecto:

1.    2 Timoteo 2:15 nos insta a esforzarnos por presentarnos a Dios aprobados, como obreros que no tienen de qué avergonzarse, interpretando correctamente la Palabra de verdad. Este versículo resalta la importancia de un estudio diligente y responsable de la Palabra de Dios. No podemos tomar a la ligera nuestra responsabilidad de conocer y comprender las Escrituras. Debemos invertir tiempo y esfuerzo para estudiarla con atención, buscar su interpretación correcta y aplicarla en nuestra vida cotidiana.

2.    Josué 1:8 nos muestra la importancia de meditar en la ley de Dios de día y de noche: "Este libro de la ley no se apartará de tu boca, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien." La meditación constante en la Palabra de Dios nos permite internalizarla, entenderla más profundamente y aplicarla en nuestra vida diaria. Al hacerlo, experimentamos una transformación continua y vemos cómo la Palabra de Dios prospera nuestros caminos y nos guía en todo lo que hacemos.

Queridos hermanos y hermanas, el estudio y la meditación en la Palabra de Dios no son solo actividades teóricas o intelectuales, sino una forma de vida. Al estudiar y meditar en la Palabra, nos sumergimos en la mente de Dios y nos alineamos con Su voluntad. Nos capacitamos para discernir la verdad y aplicarla en nuestra vida diaria. La Palabra de Dios se convierte en nuestra guía constante y nuestra brújula moral.

Hagamos un compromiso hoy mismo para priorizar el estudio y la meditación en la Palabra de Dios. Dediquemos tiempo diario para leer las Escrituras, para estudiarla en profundidad y para reflexionar sobre su significado en nuestra vida. Que nuestro corazón anhele la Palabra de Dios y permitamos que moldee nuestras actitudes, pensamientos y acciones.

Que el Espíritu Santo nos guíe y fortalezca en nuestro esfuerzo por estudiar y meditar en la Palabra. Que nos revele su verdad y nos capacite para vivir en obediencia y conformidad con la voluntad de Dios. Que seamos obreros aprobados, que no tengan de qué avergonzarse, porque hemos buscado la verdad y la hemos aplicado en nuestras vidas.

B. Obediencia y aplicación de la Palabra:

Continuando con nuestra reflexión sobre vivir en la luz de la Palabra de Dios, nos adentramos en el tema de la obediencia y la aplicación de la Palabra en nuestra vida diaria. Dos pasajes bíblicos nos enseñan la importancia de no solo escuchar la Palabra, sino también ponerla en práctica:

1.    Santiago 1:22 nos exhorta a ser hacedores de la Palabra y no solo oidores. Nos dice: "Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos." No basta con escuchar la Palabra de Dios y conocer sus enseñanzas. Debemos tomar acción y vivir de acuerdo con lo que hemos aprendido. La obediencia a la Palabra nos permite experimentar la transformación y el crecimiento espiritual. Si solo nos limitamos a escuchar y no actuamos, nos engañamos a nosotros mismos y perdemos la bendición de la obediencia.

2.    Mateo 7:24-25 nos presenta la parábola del sabio que pone en práctica las palabras de Jesús. Jesús dice: "Cualquiera, pues, que me oye estas palabras y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca." Aquí, Jesús nos muestra que la verdadera sabiduría radica en obedecer y aplicar sus enseñanzas. Al construir nuestra vida sobre la roca sólida de la Palabra de Dios, estamos preparados para enfrentar las dificultades y desafíos que la vida nos presenta.

Hermanos y hermanas, la obediencia y la aplicación de la Palabra de Dios son esenciales para nuestra vida cristiana. No podemos contentarnos solo con escuchar o leer la Palabra, sino que debemos vivirla activamente. La obediencia a la Palabra nos lleva a una relación más profunda con Dios y nos permite experimentar el poder transformador de Su Palabra en nuestras vidas.

Es en la obediencia que encontramos verdadera bendición y prosperidad espiritual. Al aplicar los principios y los mandamientos de Dios en nuestras relaciones, trabajo, finanzas y moralidad, experimentamos el propósito y la plenitud que Dios tiene para nosotros. Nuestra vida se convierte en un testimonio vivo del poder de la Palabra de Dios.

Que el Espíritu Santo nos conceda la voluntad y el coraje para obedecer y aplicar la Palabra de Dios en todas las áreas de nuestra vida. Que seamos hacedores de la Palabra y no solo oidores, reflejando así el carácter de Cristo en todo lo que hacemos.

Conclusión:

Hermanos y hermanas, llegamos al final de nuestro sermón, pero antes de concluir, permítanme recapitular la importancia de la Palabra de Dios como guía y luz en nuestra vida:

La Palabra de Dios es nuestra lámpara y nuestra lumbrera en medio de la oscuridad espiritual que nos rodea. Nos guía en nuestras decisiones trascendentales y nos instruye en nuestra vida diaria. Encontramos en las Escrituras consejos y enseñanzas que abarcan todas las áreas de nuestra existencia. Vivir de acuerdo con los principios y mandamientos de Dios nos otorga dirección y propósito en cada aspecto de nuestra vida.

La Palabra de Dios es también reveladora de la verdad. Alumbra nuestra mente y nos hace entender incluso a los más simples. Jesús mismo se presentó como la luz del mundo, mostrándonos la verdad que nos libera. Al estudiar y meditar en la Palabra, experimentamos transformación y santificación.

Hermanos y hermanas, hoy les invito a buscar una mayor intimidad con la Palabra de Dios. No se contenten solo con escucharla de manera ocasional, sino hagan de ella una parte integral de su vida. Comprométanse a estudiarla con diligencia, meditar en ella de día y de noche, obedecerla y aplicarla en su vida diaria.

La Palabra de Dios es un regalo precioso y poderoso que Dios nos ha dado. Es un tesoro inestimable que nos conduce hacia la vida abundante en Cristo. No subestimen su valor y su impacto en nuestras vidas. Permítanle moldear sus pensamientos, guiar sus decisiones y transformar su carácter.

Hoy, les hago un llamado a comprometerse con la Palabra de Dios. Hagan de ella su compañera constante y su guía infalible. Estudien, mediten, obedezcan y apliquen la Palabra en cada área de sus vidas. Permítanle iluminar sus caminos y guiar sus pasos.

Que el Espíritu Santo les conceda un deseo ardiente por la Palabra de Dios. Que les revele su belleza y su poder transformador. Que les dé la fuerza y la disciplina para ser estudiantes diligentes y hacedores de la Palabra.

Recordemos siempre que la Palabra de Dios es viva y eficaz. Es una fuente inagotable de sabiduría, consuelo y dirección. Abracen este regalo divino y permítanle tener un impacto profundo en sus vidas.

Que el Señor les bendiga y les guíe en su búsqueda de una mayor intimidad con Su Palabra. Que sus vidas sean testimonios vivos del poder y la verdad de la Palabra de Dios.

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