Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas de julio 15, 2007

De agobios y depresiones

De agobios y depresiones ( Mt 11,28-30): En aquel tiempo, Jesús dijo: «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera». La realidad cruda y dura es esa: que el agobio y la fatiga están a la orden del día en los seres humanos. La vida de cada día produce estrés. Son muchos los problemas y dificultades o tropiezos a los que nos vemos obligados ir sorteando en nuestro camino. Unas veces vienen del exterior: de nuestro entorno más cercano como puede ser la familia, los amigos cuando se producen faltas de entendimiento, roces, desavenencias, incomprensiones. Otras del trabajo, donde se dan injusticias, faltas de estima, inconsideraciones, envidias, pequeñeces que de repetidas se hacen grandes y aprietan el espíritu interior de cada uno. Está también las enfermedades, la muerte, . Ot

Alto!

Alto! Alto! ¿Qué difícil es hacerlo verdad?. Ahora mismo estas muy ocupado y piensas dejar este mensaje para luego. Qué difícil es dejar de correr en nuestro diario vivir para tan siquiera agradecer a Dios lo que tenemos o para pedir ayuda en una situación cualquiera. Y es que en nuestras vidas hay muchas ocasiones en las que debemos hacerlo. Al igual que en la carretera, existen semáforos y señales de alto. Algunas indican hacer un pequeño alto y luego seguir, otras, indican que se debe detenernos por completo hasta "nuevo aviso". ¿Y que pasa si no atendemos a las señales del camino? Un accidente es lo mas probable, y no porque no existan las señales "sino" porque no nos detenemos cuando debemos hacerlo. Ya sea por despistados o porque simplemente no quisimos hacerlo. Un alto en el camino es lo que debemos hacer. Levantar nuestra mirada y antes de iniciar el día, durante el mismo y al final de cada uno, tener presente a Dios sabiendo que solamente El nos puede dar

Nunca en la otra orilla

NUNCA EN LA OTRA ORILLA Por qué miras siempre hacia el otro lado? ¿Por qué piensas siempre que los otros, amigos, conocidos y vecinos, son más dichosos, y dices con ligereza: a los otros les va mucho mejor, y yo doy lo mejor de mí y no llego a nada? La otra orilla siempre es más bella. Yace muy lejos. Como petrificado, miras fijamente hacia la bella claridad. Jamás tuviste en cuenta que también los de la otra orilla te observan y piensan que posees mucha mas felicidad, pues ellos solo ven tu parte agradable. Tus pequeñas y grandes preocupaciones no las conocen. Vivir feliz es un arte. Para ello conviene sentirse satisfecho. La felicidad no está en la otra orilla...Está en tu forma de ver tu orilla!!!! Aprecia la orilla donde Dios te puso, y no creas que la otra es la mejor, pues Dios te puso donde debes estar.

MIRA QUE ESTOY A LA PUERTA Y LLAMO

"Mira que estoy a la puerta y llamo..." Es verdad. Estoy a la puerta de tu corazón, día y noche. Aún cuando tú no estás escuchando, aún cuando dudas de que pueda ser Yo, Yo estoy ahí. Yo estoy esperando aún la señal más pequeña de tu respuesta, el menor susurro para invitarme, y que Me permitas entrar. Y quiero que sepas que en cualquier momento en que me invites, Yo vengo siempre, sin falta. En silencio y sin ser visto, vengo pero con poder y amor infinitos, y traigo los innumerables regalos de Mi Espíritu. Yo vengo con Mi misericordia, con Mi deseo de perdonarte y sanarte, y con amor por ti más allá de tu compresión. Un amor en todo tan grande como el amor que Yo he recibido del Padre ("Tanto como el Padre me ama, así os he amado."[Jn. 15:9] ). Yo vengo ansiando consolarte y darte fuerzas para levantarte y sanar tus heridas. Te traigo Mi luz para disipar tu oscuridad y todas tus dudas. Yo vengo con Mi poder para llevarte a ti y a todas tus cargas; con Mi gracia pa

Veinticuatro maneras de amar

Leonardo Ghiringhelli Cuando a la gente se la habla de que "hay que amarse los unos a los otros" son muchos los que se te quedan mirando y te preguntan: ¿y amar, qué es: un calorcillo en el corazón? ¿Cómo se hace eso de amar, sobre todo cuando se trata de desconocidos o semiconocidos? ¿Amar son, tal vez, solamente algunos impresionantes gestos heroicos? Un amigo mío, Amado Sáez de Ibarra, publicó hace muchos años un folleto que se titulaba "El arte de amar" y en él ofrecía una serie de pequeños gestos de amor, de esos que seguramente no cambian el mundo, pero que, por un lado, lo hacen más vividero y, por otro, estiran el corazón de quien los hace. Siguiendo su ejemplo voy a ofrecer aquí una lista de 24 pequeñas maneras de amar: - Aprenderse los nombres de la gente que trabaja con nosotros o de los que nos cruzamos en el ascensor y tratarles luego por su nombre. - Estudiar los gustos ajenos y tratar de complacerles. - Pensar, por principio, bien de todo el mundo. -