“Aun en la vejez y las canas, Oh Dios, no me desampares, Hasta que anuncie tu poder a la posteridad, Y tu potencia a todos los que han de venir”, Salmos 71:18 El Deseo de este salmista de anunciar el poder de Dios a la posteridad es digno de imitar. Pero no es necesario dejar pasar los años y llegar a la vejez para despertar este deseo en nosotros. El sabio Salomón dio el consejo a los jóvenes de buscar a Dios en temprana edad para que cuando llegaran los días malos pudiesen encontrar contentamiento (Eclesiastés 12:1) una de las formas de lograr esto es agradando a Dios a través de anunciar las buenas nuevas a las personas. Cuando Pablo, el apóstol, se refirió a esto, citó las palabras del profeta Isaías cuando dijo, “¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!” (Romanos 10:15) Estimados son los emisarios que traen buenas noticias y que mejor noticia la de la salvación en Cristo. Entonces tenemos que aun en la vejez podemos anunciar el
"Porque ¿qué tiene el hombre de todo su trabajo, y de la fatiga de su corazón, con que se afana debajo del sol?." (Eclesiastes 2:22)