Salmos 28:7 Jehov á es mi fortaleza y mi escudo; En él confió mi corazón, y fui ayudado, Por lo que se gozó mi corazón, Y con mi cántico le alabaré. Por más que nos guste la autonomía o el poder hacer la cosas por nuestra propia cuenta, que a veces simula ser lo mismo, lo cierto es que dependemos del suministro de alguien más en determinadas situaciones de la vida. I. Fortaleza y escudo a. Dios es ambas cosas b. Valiéndonos de la versión de la Reina Valera de 1960, tomaremos la parte de la “fortaleza como la protección que se da a todo un pueblo, la comunidad o si se quiere, la familia i. Pero también le podemos tomar como esa protección personal, es protección que nos da Dios de forma individual Él es el ESCUDO. II. Los resultados a. La evidencia dice que confiar en Él siempre será bueno. Y esto es siempre conforme a su propósito b. Su ayuda es y será para llevarnos a su gloria, el auxilio es constante y permanente.
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