Hasta el final
Y lo puso en su sepulcro nuevo, que había labrado en la peña;
y después de hacer rodar una gran piedra a la entrada del sepulcro, se fue.
Mateo 27:60
En muchas ocasiones se ha escuchado este nombre: José de Arimatea. Hizo lo que muchos no se atrevieron siquiera proponer. ¡Pedir el cuerpo de Jesús! Muchos se fueron antes de sepultar a Jesús. Mucho antes del juicio (Juan 6:66), antes de los clavos, antes de los vendajes, y antes de rodar la piedra y cerrar la entrada del sepulcro muchos ya se habían ido.
¿Cuántos discípulos tenia Cristo? Lucas nos dice que habían setenta discípulos (Lucas 10:1,17) también nos dice Marcos que Jesús eligió a doce para que estuvieran con él (Marcos 3:14) ¿Dónde estaban? No los cuestionemos duramente sin ponernos en su lugar; más de cinco mil personas les seguían, pero no todos llegaron al sepulcro de Jesús. José fue uno de los que se quedo hasta el final.
Jesús nos llama a seguirle hasta el final. A no mirar atrás, a ver las cosas de arriba. Podemos tener la confianza que él estará con nosotros hasta el final. Marcos nos dice que José fue osado al pedir el cuerpo muerto de Jesús, cuanto más nosotros que le tenemos vivo.
Espinas en la lengua 08/01/2025 "Espinas hincadas en mano del embriagado, tal es el proverbio en la boca de los necios." Proverbios 26:9 Reflexión Este proverbio utiliza una metáfora poderosa que nos invita a reflexionar sobre la relación entre sabiduría y la capacidad de emplearla correctamente. La imagen de un embriagado sosteniendo espinas en sus manos evoca torpeza, peligro y daño. De la misma forma, cuando un necio intenta usar palabras sabias o proverbios, no solo carece de la capacidad de aplicarlos correctamente, sino que puede causar daño a sí mismo y a otros. Un proverbio, por sí solo, tiene poder cuando se entiende y se vive conforme a su significado. Sin embargo, en la boca de alguien que no busca vivir según la sabiduría de Dios, esas palabras pierden su impacto e incluso pueden convertirse en una herramienta de confusión o destrucción. Así como un hombre embriagado no tiene control sobre su fuerza o movimientos, el necio no tiene control sobre el discernimien...
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