La palabra
¿Con qué limpiará el joven su camino?
Con guardar tu palabra.
Salmo 119:9
Que bueno y sabio nuestro Dios. El nos pide pureza y santidad, Y sin éstas nadie puede pretender verle, y como Él conoce el género humano, nos conoce a ti y a mí, sabe que no sería posible lograr lo que nos pide por nuestros propios medios; así que nos da la formula de cómo lograr lo que nos demanda.
Es como si se nos pidiera lavar los platos y se nos provee del agua del jabón, etc. No habría excusa para hacerlo; si no lo hacemos es porque no queremos.
Todo lo que Dios nos pide puede ser realizado. Él nos da las facultades, capacidades y demás cosas que necesitamos para lograr ser lo que se nos pide, y por si fuera poco, en Cristo somos perfeccionados.
Tengamos, entonces, el cuidado de limpiar nuestras vidas, de pulir nuestra alma, de fortalecer nuestro espíritu. Nuestro Padre nos da su palabra. Pablo, el apóstol, nos dice que ella nos puede hacer sabios, con ello nos instruimos, nos corregimos en justicia; siendo perfeccionados para toda buena obra. (2 Timoteo 3:15-17)
¿Con qué limpiará el joven su camino?
Con guardar tu palabra.
Salmo 119:9
Que bueno y sabio nuestro Dios. El nos pide pureza y santidad, Y sin éstas nadie puede pretender verle, y como Él conoce el género humano, nos conoce a ti y a mí, sabe que no sería posible lograr lo que nos pide por nuestros propios medios; así que nos da la formula de cómo lograr lo que nos demanda.
Es como si se nos pidiera lavar los platos y se nos provee del agua del jabón, etc. No habría excusa para hacerlo; si no lo hacemos es porque no queremos.
Todo lo que Dios nos pide puede ser realizado. Él nos da las facultades, capacidades y demás cosas que necesitamos para lograr ser lo que se nos pide, y por si fuera poco, en Cristo somos perfeccionados.
Tengamos, entonces, el cuidado de limpiar nuestras vidas, de pulir nuestra alma, de fortalecer nuestro espíritu. Nuestro Padre nos da su palabra. Pablo, el apóstol, nos dice que ella nos puede hacer sabios, con ello nos instruimos, nos corregimos en justicia; siendo perfeccionados para toda buena obra. (2 Timoteo 3:15-17)
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