Oí bendita historia de Jesús quien, de su gloria,
Al Calvario decidió venir para salvarme a mí.
Su sangre derramada se aplicó feliz a mi alma;
Me dio victoria sin igual cuando me arrepentí.
Coro:
Ya tengo la victoria, pues Cristo me salva,
Buscóme y compróme con su divino amor.
Me imparte de su gloria; su paz inunda mi alma;
Victoria me concedió cuando por mí murió,
Oí que, en amor tierno, él sanó a los enfermos;
A los cojos los mandó correr, al ciego lo hizo ver.
Entonces suplicante le pedí al Cristo amante,
Le diera a mi alma la salud y fe para vencer.
OÍ que allá en la gloria, hay mansiones de victoria,
Que su santa mano preparó para los que El salvó.
Espero unir mi canto al grupo sacrosanto
Que victorioso rendirá tributo al Redentor.
Himnos y Cánticos Espirituales
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