A continuación presentamos algunos comentarios de diferentes estudiosos y eruditos del texto bíblico.
"Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe."
Gálatas 6:10 RVR1960
En los comentarios de la Biblia Plenitud encontramos que se juntan los versículos del 6 al 10 para hacer una enseñanza concisa y resumida diciendo que "Pablo aplica los mismos principios de la siembra y la cosecha al sostenimiento de los maestros cristianos (v. 6), al comportamiento moral (v. 8) y al servicio cristiano (vv. 9, 10).
En el Comentario Bíblico, El Nuevo Testamento y su Mensaje dice que:
Como punto final de sus exhortaciones, Pablo insta a los gálatas a practicar el bien para con todos. No se puede excluir a ningún hombre, pero como no es posible relacionarse con todos los hombres, el amor debe demostrarse allí donde estamos: hay que ejercerlo haciendo el bien a nuestros hermanos en la fe, a los que habitan en la misma casa de Dios, la Iglesia. Nuestros hermanos en la fe son los que han sido colocados, por la gracia de Dios, en la misma familia a que yo pertenezco: la Iglesia.Mientras tenemos oportunidad. El tiempo que falta para la cosecha, el tiempo de la siembra, es, según el Apóstol, nuestra gran oportunidad. Tenemos aún tiempo y posibilidad de practicar el bien; hemos de aprovechar este tiempo.
William Barclay hace su comentario también, tomando los versículos desde el seis hasta el diez y dice lo siguiente:
Aquí Pablo se vuelve intensamente práctico.La Iglesia Cristiana tenía sus maestros. En aquel tiempo, la Iglesia era una institución auténticamente solidaria. Ningún cristiano podía soportar tener demasiados bienes de este mundo cuando otros tenían demasiado poco. Así es que Pablo dice: «Si hay un hermano que te está enseñando las verdades eternas, lo menos que puedes hacer es compartir con él las cosas materiales que pOseas.»Seguidamente Pablo pasa a establecer una verdad inflexible. Insiste en que la vida mantiene la balanza en perfecto equilibrio. Si una persona se deja dominar por el lado inferior de su naturaleza, acabará por no poder esperar nada más que una cosecha de problemas. Pero, si se mantiene caminando por la senda superior, y obrando el bien, Dios la recompensará a fin de cuentas.El Evangelio nunca suprime los peligros de la vida. Los griegos creían en Némesis; creían que, cuando una persona hacía algo que estaba mal, inmediatamente tenía a Némesis a sus talones, y más tarde o más temprano la alcanzaría. Todas las tragedias griegas son un sermón sobre el texto: " El que la hace, la paga.» Lo que nunca recordamos suficientemente es que -si es benditamente cierto que Dios puede perdonar y perdona a las personas sus pecados, también es verdad que ni siquiera Él puede borrar las consecuencias del pecado. Si una persona peca contra su cuerpo, más tarde o más temprano lo pagará con una salud quebrantada-, aunque se le perdone. Si una persona peca contra sus seres queridos, más tarde o más temprano les destrozará el corazón -aunque se le perdone. John B. Gough, el gran defensor de la abstinencia, que había vivido antes una vida desmadrada, solía advertir: «Quedan las cicatrices.» Y Orígenes, el gran erudito cristiano, que era universalista, creía que, aunque todas las personas se salvaran al final, hasta entonces quedarían las huellas del pecado. No podemos tomar a la ligera el perdón de Dios. Hay una ley moral en el universo. Si uno la quebranta, puede que se le perdone; pero no puede evitar las consecuencias.Pablo termina recordando a sus amigos que el deber de la generosidad puede que nos resulte molesto, pero el que haya echado su pan sobre las aguas lo hallará a su debido tiempo.
En cambio Matthew Henrry añade su comentario hasta el versículo 11, en donde comenta lo siguiente.
Muchos se excusan de la obra de la religión, aunque pueden simularla y profesarla. Pueden imponerse a los demás, pero se engañan si piensan que pueden engañar a Dios, que conoce sus corazones y sus acciones; y como Él no puede ser engañado, así no será burlado. Nuestro tiempo es tiempo de siembra; en el otro mundo segaremos lo que sembramos ahora. Hay dos clases de siembra, una para la carne, y otra para el Espíritu: así será la rendición de cuentas en el más allá. Los que llevan una vida sensual y carnal, no deben esperar otro fruto de ese camino que no sea miseria y ruina. Pero los que, bajo la dirección y el poder del Espíritu Santo, llevan una vida de fe en Cristo, y abundan en la gracia cristiana, cosecharán vida eterna del Espíritu Santo.Todos somos muy proclives a cansarnos del deber, particularmente de hacer el bien. Debemos velar con gran cuidado y guardarnos al respecto. La recompensa se promete sólo a la perseverancia en hacer el bien.Aquí hay una exhortación a todos para hacer el bien en donde están. Debemos tener cuidado de hacer el bien en nuestra vida y hacer de él la actividad de nuestra vida, especialmente si se presentan ocasiones nuevas, y hasta donde alcance nuestro poder.
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