Ir al contenido principal

Marcos 9:2‭-‬50 RVR1960

Lectura #1 para el 28 de junio del 2020 

Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan, y los llevó aparte solos a un monte alto; y se transfiguró delante de ellos.  Y sus vestidos se volvieron resplandecientes, muy blancos, como la nieve, tanto que ningún lavador en la tierra los puede hacer tan blancos. Y les apareció Elías con Moisés, que hablaban con Jesús. Entonces Pedro dijo a Jesús: Maestro, bueno es para nosotros que estemos aquí; y hagamos tres enramadas, una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías. Porque no sabía lo que hablaba, pues estaban espantados. Entonces vino una nube que les hizo sombra, y desde la nube una voz que decía: Este es mi Hijo amado; a él oíd. Y luego, cuando miraron, no vieron más a nadie consigo, sino a Jesús solo.  Y descendiendo ellos del monte, les mandó que a nadie dijesen lo que habían visto, sino cuando el Hijo del Hombre hubiese resucitado de los muertos. Y guardaron la palabra entre sí, discutiendo qué sería aquello de resucitar de los muertos. Y le preguntaron, diciendo: ¿Por qué dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero?  Respondiendo él, les dijo: Elías a la verdad vendrá primero, y restaurará todas las cosas; ¿y cómo está escrito del Hijo del Hombre, que padezca mucho y sea tenido en nada? Pero os digo que Elías ya vino, y le hicieron todo lo que quisieron, como está escrito de él.  Cuando llegó a donde estaban los discípulos, vio una gran multitud alrededor de ellos, y escribas que disputaban con ellos. Y en seguida toda la gente, viéndole, se asombró, y corriendo a él, le saludaron. Él les preguntó: ¿Qué disputáis con ellos? Y respondiendo uno de la multitud, dijo: Maestro, traje a ti a mi hijo, que tiene un espíritu mudo, el cual, dondequiera que le toma, le sacude; y echa espumarajos, y cruje los dientes, y se va secando; y dije a tus discípulos que lo echasen fuera, y no pudieron. Y respondiendo él, les dijo: ¡Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo. Y se lo trajeron; y cuando el espíritu vio a Jesús, sacudió con violencia al muchacho, quien cayendo en tierra se revolcaba, echando espumarajos. Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Y él dijo: Desde niño. Y muchas veces le echa en el fuego y en el agua, para matarle; pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos. Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible. E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad. Y cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres más en él. Entonces el espíritu, clamando y sacudiéndole con violencia, salió; y él quedó como muerto, de modo que muchos decían: Está muerto. Pero Jesús, tomándole de la mano, le enderezó; y se levantó. Cuando él entró en casa, sus discípulos le preguntaron aparte: ¿Por qué nosotros no pudimos echarle fuera? Y les dijo: Este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno.  Habiendo salido de allí, caminaron por Galilea; y no quería que nadie lo supiese. Porque enseñaba a sus discípulos, y les decía: El Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres, y le matarán; pero después de muerto, resucitará al tercer día. Pero ellos no entendían esta palabra, y tenían miedo de preguntarle.  Y llegó a Capernaum; y cuando estuvo en casa, les preguntó: ¿Qué disputabais entre vosotros en el camino? Mas ellos callaron; porque en el camino habían disputado entre sí, quién había de ser el mayor.  Entonces él se sentó y llamó a los doce, y les dijo: Si alguno quiere ser el primero, será el postrero de todos, y el servidor de todos.  Y tomó a un niño, y lo puso en medio de ellos; y tomándole en sus brazos, les dijo: El que reciba en mi nombre a un niño como este, me recibe a mí; y el que a mí me recibe, no me recibe a mí sino al que me envió.  Juan le respondió diciendo: Maestro, hemos visto a uno que en tu nombre echaba fuera demonios, pero él no nos sigue; y se lo prohibimos, porque no nos seguía. Pero Jesús dijo: No se lo prohibáis; porque ninguno hay que haga milagro en mi nombre, que luego pueda decir mal de mí. Porque el que no es contra nosotros, por nosotros es.  Y cualquiera que os diere un vaso de agua en mi nombre, porque sois de Cristo, de cierto os digo que no perderá su recompensa.  Cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le fuera si se le atase una piedra de molino al cuello, y se le arrojase en el mar. Si tu mano te fuere ocasión de caer, córtala; mejor te es entrar en la vida manco, que teniendo dos manos ir al infierno, al fuego que no puede ser apagado,  donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga. Y si tu pie te fuere ocasión de caer, córtalo; mejor te es entrar a la vida cojo, que teniendo dos pies ser echado en el infierno, al fuego que no puede ser apagado, donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga. Y si tu ojo te fuere ocasión de caer, sácalo; mejor te es entrar en el reino de Dios con un ojo, que teniendo dos ojos ser echado al infierno,  donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.  Porque todos serán salados con fuego, y todo sacrificio será salado con sal. Buena es la sal; mas si la sal se hace insípida, ¿con qué la sazonaréis? Tened sal en vosotros mismos; y tened paz los unos con los otros.

S. Marcos 9:2‭-‬50 RVR1960

Comentarios

Entrada más vista en el ultimo mes

A Jehová Invocaré

A Jehová Invocaré A Jehová invocaré, Él es digno de loor. Pues me salvará de los malos. Coro: Mi Dios vive Bendita sea mi roca Que el Dios que salva Sea engrandecido. ¿Quién es Dios sino Jehová? Fuera de Él que roca hay Dios es quien me ciñe de Fuerzas. A su nombre cantaré, Porque él me salvado a mí. Le confesaré ante las naciones. 👉  Bosquejos y Sermones  👉  Artículos 👉  Meditaciones y Reflexiones 👉  Planes para clases   

A Dios Demos Gloria - Letra

A Dios demos gloria, pues grande es él; Su amor es inmenso y a su hijo nos dio; Quien fue a la cruz do sufrió muerte cruel, Y así de los cielos las puertas abrió. Coro: Dad loor al Señor, oiga el mundo su voz; Dad loor al Señor, nos gozamos en Dios. Vengamos al Padre y a su hijo Jesús, Y démosle la gloria por su gran poder. Por darnos la vida su sangre vertió; Jesús al creyente es promesa de Dios; El vil pecador que a él se entregó, En ese momento perdón recibió. Dios es el maestro, potente hacedor, Y grande es el gozo que Cristo nos da; Mas nuestro asombro será aun mayor Al ver a Jesús que en su gloria vendrá 👉 Himnos y Cánticos Espirituales   👉  Bosquejos y Sermones  👉  Artículos 👉  Meditaciones y Reflexiones

Salmos 33:18

He aquí el ojo de Jehová sobre los que le temen,  Sobre los que esperan en su misericordia (Salmos 33:18 RVR1960)

Juan 14:3 (RVR1960)

Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. S. Juan 14:3 RVR1960

Romanos 3:3-4

¿Pues qué, si algunos de ellos han sido incrédulos? ¿Su incredulidad habrá hecho nula la fidelidad de Dios?   Romanos 3:3 RV1960:

Isaías 40:31

pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán. Isaías 40:31 RVR1960

Ezequiel 36:26 RVR1960

Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Ezequiel 36:26 RVR1960 Antorcha Bíblica 2020...

7 - Confío en ti Señor - Letra

Confío en ti Señor Quiero decirte mi buen Señor, Que en los días tristes y de más dolor, Confío en ti, Confío en ti, En el amor que me prometiste En la vida eterna do sé que existes Confío en ti, confío en ti.   Coro : Confío en ti Señor, En el raudal de amor En tu poder y en tu salvación.   Aunque en este cuerpo que tengo ahora, No tenga vida, de todas formas; Confío en ti, confío en ti. Ni enfermedades ni los temores, Y en medio de todos mis dolores; Confío en ti, confío en ti.   Aunque otros duden de tus poderes, Y menosprecien lo grande que eres; Confío en ti, confío en ti. Porque yo sé que todo lo puedes Allí estaré cuando otros vuelven; Confío en ti, confío en ti.   Himnos y Cánticos Espirituales 👉   Bosquejos y Sermones  👉   Artículos 👉   Meditaciones y Reflexiones 👉   Planes para clases 

Salmos 28:7 - meditación

Salmos 28:7   Jehov á es mi fortaleza y mi escudo; En él confió mi corazón, y fui ayudado, Por lo que se gozó mi corazón, Y con mi cántico le alabaré.   Por más que nos guste la autonomía o el poder hacer la cosas por nuestra propia cuenta, que a veces simula ser lo mismo, lo cierto es que dependemos del suministro de alguien más en determinadas situaciones de la vida.   I. Fortaleza y escudo a. Dios es ambas cosas b. Valiéndonos de la versión de la Reina Valera de 1960, tomaremos la parte de la “fortaleza como la protección que se da a todo un pueblo, la comunidad o si se quiere, la familia                        i.    Pero también le podemos tomar como esa protección personal, es protección que nos da Dios de forma individual Él es el ESCUDO. II.     Los resultados a. La evidencia dice que confiar en Él siempre será bueno. Y esto es siempre conforme a su propósito b. Su ayuda es y será para llevarnos a su gloria, el auxilio es constante y permanente.

Romanos 2:10,11

pero gloria y honra y paz a todo el que hace lo bueno, al judío primeramente y también al griego; porque no hay acepción de personas para con Dios. Romanos 2:10‭-‬11 RVR1960