Título: La Intercesión que Cambia un Corazón
Texto Central: Génesis 44
Texto de Sermón Clave: "Por tanto, te ruego que permitas que tu siervo se quede, en lugar del muchacho, como siervo de mi señor, y que el muchacho vaya con sus hermanos. Porque ¿cómo podré yo volver a la casa de mi padre si el muchacho no está conmigo? ¡No podría ver el dolor que esto causaría a mi padre!" (Génesis 44:33-34, NVI).
Introducción:
Imaginen la escena: los hermanos han sido acusados de robo, el cáliz de plata está en la bolsa de Benjamín, y la sentencia es la esclavitud para el culpable. El sueño de José parece haberse vuelto una pesadilla para sus hermanos. Pero es en este momento de crisis donde surge una voz, la voz de Judá, ofreciéndose a sí mismo como rescate. Hoy veremos en esta historia un poderoso reflejo de nuestra propia condición y de la intercesión que nos salva.
Bosquejo del Sermón
I. La Acusación: La Conciencia del Pecado (Génesis 44:1-13)
A. La evidencia innegable (v. 12): El copa es encontrada en el saco de Benjamín. No hay escapatoria, no hay excusas. Las apariencias los condenan.
a. Sustento Bíblico: "Ciertamente no hay ser humano justo en la tierra que haga el bien y nunca peque." (Eclesiastés 7:20). Al igual que los hermanos, nosotros somos hallados "culpables" ante la ley de Dios.
B. La reacción de desesperación (v. 13): "Ellos rasgaron sus vestiduras". Este era un signo cultural de un dolor y angustia profundos, de duelo ante una condena segura.
a. Sustento Bíblico: "Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios" (Romanos 3:23). La consecuencia del pecado es la muerte y la separación de Dios, una causa justa para la desesperación.
II. La Confesión: El Reconocimiento de la Culpa (Génesis 44:14-16)
A. Postrados ante la autoridad (v. 14): Se postran ante José por cuarta vez, cumpliendo sin saberlo los sueños de su juventud. Reconocen su posición de inferioridad.
a. Sustento Bíblico: "Reconócelo, pues, en todos tus caminos, y él enderezará tus sendas" (Proverbios 3:6). El primer paso para la redención es la humildad.
B. La admisión de culpabilidad (v. 16): "¿Qué podemos decir a mi señor?... Dios ha hallado la maldad de tus siervos". No se defienden. Reconocen que hay una justicia mayor en juego; ven la mano de Dios detrás de su circunstancia.
a. Sustento Bíblico: "Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad" (1 Juan 1:9). La confesión es el puente hacia el perdón.
III. La Intercesión: El Sacrificio Sustitutivo (Génesis 44:18-34)
A. La súplica audaz (v. 18): Judá se acerca con valentía y respeto. Una intercesión efectiva requiere ambas; pasión y humildad.
a. Sustento Bíblico: "Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro" (Hebreos 4:16).
B. El reconocimiento del dolor paterno (v. 27-31): Judá describe vívidamente el amor de Jacob por Benjamín y cómo la pérdida de otro hijo lo mataría de dolor. Un buen intercesor se identifica con el dolor de los demás.
a. Sustento Bíblico: "Cargad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo" (Gálatas 6:2).
C. La oferta sustitutiva (v. 33): El clímax del sermón. Judá ofrece su propia vida y libertad a cambio de la de Benjamín. "te ruego, por tanto, que quede ahora tu siervo en lugar del joven por siervo de mi señor, y que el joven vaya con sus hermanos."
Sustento Bíblico (el punto crucial del Evangelio):
A. "sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación," (1 Pedro 1:18-19).
B. " Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu;" (1 Pedro 3:18).
C. Jesús es nuestro "Judá", nuestro intercesor que se puso en nuestro lugar, tomó nuestra culpa y nos devolvió la libertad.
Conclusión:
El capítulo 44 termina en suspenso, pero nosotros conocemos el final de la historia: José se revela y hay una restauración gloriosa. Esto fue posible porque un hombre estuvo dispuesto a tomar el lugar del condenado.
Hoy, la acusación contra nosotros es real: hemos pecado. La evidencia es clara. Pero un Intercesor se ha levantado. Jesucristo, de la tribu de Judá, “Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo." (1 Juan 2:2. Él tomó tu lugar en la cruz, cargó con tu culpa y te ofrece la libertad y la reconciliación con el Padre.
Llamado a la acción:
¿Reconocerás hoy tu culpa como hicieron los hermanos? ¿Aceptarás al Intercesor que se ofreció a sí mismo en tu lugar? No tienes que vivir condenado. La oferta de sustitución y perdón está sobre la mesa. Recíbela hoy obedeciendo el llamado del evangelio de nuestro Señor Jesucristo naciendo de las aguas del bautismo. Y eres bautizado y has estado lejos del rebaño hoy es el momento de regresar al redil, Jesús asume tu culpa y paga el precio de tu perdón; arrepiéntete y vuelve a Él.
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